Por: Liza Medrano
Santo Domingo RD.-Ante el rechazo a la reforma fiscal propuesta, surge una pregunta fundamental: ¿Cómo se puede ayudar al ciudadano en lugar de seguir subiendo los precios? La realidad económica en la República Dominicana exige medidas concretas y efectivas para aliviar la carga que pesa sobre los hogares, en lugar de agravarla.
Primero, es esencial impulsar el empleo digno y bien remunerado. Crear nuevas oportunidades laborales con sueldos acordes al costo de vida es clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Las empresas, tanto públicas como privadas, deben apostar por políticas que fomenten la creación de empleo y la capacitación de la fuerza laboral.
En segundo lugar, controlar los precios de la canasta básica es imperativo. Los ciudadanos han sido testigos de constantes aumentos en productos esenciales, lo que hace casi imposible mantener una alimentación adecuada. Medidas que regulen los precios de los alimentos y que eviten la especulación en los mercados son pasos necesarios para proteger a las familias más vulnerables.
Además, se deben implementar programas sociales de apoyo directo. Subsidios para alimentos, medicamentos y transporte podrían aliviar el impacto de los altos costos, mientras se promueve el acceso a servicios básicos como la salud y la educación sin que estos representen un gasto excesivo.
Por último, el gobierno debe priorizar una reforma fiscal justa y equitativa, que no recaiga en los ciudadanos de a pie. Un sistema tributario que favorezca a las grandes empresas y a los sectores más ricos, sin tener en cuenta a la mayoría trabajadora, no hará más que aumentar la desigualdad. Es momento de diseñar políticas que, en lugar de aumentar los precios, mejoren la calidad de vida de todos los dominicanos.