Fuente Procuraduría de la RD.
Santiago, RD. – Ante la solicitud de la Fiscalía de esta demarcación, el Primer Tribunal Colegiado condenó a 30 años de prisión a un hombre que mató a su pareja sentimental, hecho que consumó tras haberlo premeditado con acechanza.
La pena de privación de libertad se ordenó contra Juan Antonio Benite Ovalles (Tello), quien asesinó a su pareja sentimental, Dolores Almonte Almonte (Gringa), en un hecho ocurrido en febrero de 2021, en la residencia que compartían, en el barrio Los Santos de Pontezuela, en el municipio Tamboril.
El tribunal ordenó que la sentencia sea cumplida en el Centro de Corrección y Rehabilitación Rafey Hombres.
Ante el Colegiado, presidido por el juez Juan Carlos Colón e integrado, además, por las magistradas Estephanie Santiago Reyes y Claribel Mateo, la litigante del Ministerio Público, Jenniffer Rodríguez, probó que el imputado violentó los artículos 295, 296, 302, 309-1 del Código Penal Dominicano, que tipifican el asesinato y la violencia basada en género.
En su acusación, la Fiscalía determinó que el feminicida preparó el arma blanca con la cual ejecutaría el crimen y animó a los hijos de la víctima a retirarse a sus lugares de trabajo, con la finalidad de quedar a solas con la mujer.
Valiéndose de los elementos de pruebas que la Fiscalía levantó en la escena del feminicidio y que puso a su disposición, el tribunal entendió la conducta antijurídica y culpable del imputado, ya que premeditó el asesinato de Almonte, esperando el momento en que estuviera sola para atacarla y asestarle numerosas estocadas con el arma que previamente había afilado.
A fin de comprobar su teoría de los hechos, los investigadores de la Fiscalía recolectaron el arma homicida y prendas de vestir usadas por el imputado el día de los hechos.
Además de pruebas materiales, el tribunal validó varios testimonios, incluyendo la declaración de un vecino que, tras escuchar los gritos de la víctima, junto a otras personas, corrió a la casa para auxiliarla, derribaron la puerta y luego de encontrar su cuerpo en el suelo, vieron al imputado en la marquesina de la residencia, lavándose las manos y el cuchillo.